martes, 30 de diciembre de 2008

Danza


Estuviste jugando ahi mucho tiempo. saltando de un lado a otro de la linea negra. con un vestido blanco bordado con flores de otoño que desfloraban en cada salto ingenuo.
Los pies se ensucian y el dobladillo danza envolviendo unas piernas torpes.
de pronto la tela; amarilla, se trepa por la carne, mas tiesa y curvada.
se entreveen marcas de algunas danzas acometidas (tal vez en esas lineas, tal vez en otras). el pelo, rubio, suelto, mojado, seco, mojado, seco (y asi muchas veces); ante algun tipo de eternidad que doró su cara, ya bastante pecosa.
Algun dia el sol se va escondiendo y el juego se vuelve soso y esa linea negra algo deformada, no es mas aquel limite prohibido a quien la mujer de blanco (sí, ahora amarillo, el amarillo del uso), recorrió los tiempos con dedos excitados.
La linea no era mas que la sombra del cuerpo.
La toma cuando el cuerpo se lo pide...cuando el sol se la regala.
Ahí donde el sol cayó, la mujer se recuesta rendida...
Durmiendo entre su juego para hacerselo otro dia

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